Cuentos para contar.

viernes, 26 de abril de 2013

El gigante sediento

Un fuerte ruido despertó "al pirata Malapata", que dormía en "el delfín volador", su navío, después de la última borrachera.
- ¡Que mil diablos me lleven! - gritó aturdido, - ¿qué sucede?.
- Hemos encayado capitán - le contestó "Rudi" el camaleón, su inseparable guarda maestre.
Al subir a cubierta, descubrieron desconcertados, ¡que el mar había desaparecido!, y "el delfín" se encontraba sobre unas rocas.
- ¡Por las barbas de neptuno!, ¿como es posible? - gritaba "Malapata", yendo de popa a proa con los brazos en alto.
- ¡Un gigante se está bebiendo el mar! - gritaban las gaviotas en el cielo - ¡un gigante se está bebiendo el mar!.
- ¡Debemos impedirlo capitán! - dijo "Rodi".
Entonces, "Malapata", escogiendo a sus más aguerridos hombres, fue en busca del gigante.

Las gaviotas, les guiaron hasta el  gigante, que  agachado sobre el mar, bebía y bebía sin parar.
- ¡Qué sed tengo!, ¡qué sed tengo! - gritaba.
- ¡Deja de beber! -le gritó "Malapata", - ¡o sentirás mi ira!.
El gigante, se volvió , y de un manotazo envió a "Malapata" y sus hombres a 20 metros de distancia.
- ¡Ahora verás criatura del averno! - gritó un maltrecho "Malapata" esgrimiendo su espada -,¡no hay gigante que se me resista!.
- ¡Tranquilo capitán!, - intervino Rodi - ni con 100 hombres podrás pararlo.
- ¿Y que podemos hacer? - le contestó.
- Déjame pensar.............................................
- Si el gigante tiene tanta sed, es porque el agua de mar tiene sal. cuanta más agua de mar beba, más sed tendrá.
- ¡Pues estamos perdidos! - gritó "Malapata", - ¡se beberá todo el mar!.
- ¡Tengo un plan! - anunció "Rodi" después de pensar un rato.

Se hizo de noche, y el gigante se durmió.
- ¡Ahora! - dijo "Rodi", y atando al gigante con unas cuerdas, le arrastraron hasta un gran lago que se encontraba en el interior de una isla. El gigante, dormía tan profundamente, que ni se enteró.
- ¡Qué sed tengo!,¡qué sed tengo! - fue lo primero que dijo el gigante nada más despertarse, y viendo el agua del lago, se puso a beber y a beber. Y como el agua del lago no tenía sal, el gigante se sació, y muy contento se quedó.




viernes, 19 de abril de 2013

El niño peludo

En las noches de luna llena, a Luis le gustaba salir a pasear por el bosque. Bajaba por el canalón que había al lado de su ventana, para que nadie le viera, y caminaba contento entre los árboles erguidos en la oscuridad lechosa de la noche.
Pero una noche, en la que la luna casi no cabía en el cielo, le cayeron en la cabeza "semillas de luna llena". Entones, el pelo le empezó a crecer y crecer hasta llegar al suelo, ¡cubriéndole todo el cuerpo!.
Desde entonces, cada vez que había luna llena, le pasaba lo mismo, y tenía que cortarse el pelo al día siguiente.
Empezó a circular por el pueblo, el rumor de que las noches de luna llena, un terrorífico monstruo peludo con grandes dientes y garras,  salía por el bosque para comerse a quien encontrara, por lo que los cazadores, organizaron una batida para atrapar al monstruo.
Luis, ajeno a lo que sucedía, salió a pasear por la noche, ya que había luna llena. Como siempre le pasaba, el pelo le creció, hasta el suelo, pero ya acostumbrado, siguió paseando y disfrutando de la noche.
Entonces, escuchó el ladrido de los perros que se acercaban rápidamente. Se asustó mucho, y subió a un árbol, pero los perro le encontraron, y rodearon el árbol, a la espera de sus amos.
Los cazadores, le hicieron bajar con unas cuerdas, y se lo llevaron al zoológico, donde le encerraron en una jaula.
- ¡Soy un niño! - gritaba Luis desesperado. - ¡No soy un monstruo!. Pero nadie le hizo caso.

Luis, lloró y lloró desconsolado por su situación.
De pronto, vio junto a él una hermosa muchacha que le sonreía.
- No te preocupes Luis - le dijo. - Soy "tu hada madrina".
Y cogiendo una de las lágrimas que corrían por su mejilla, la apretó en su mano, y ésta se convirtió en plata.
- Toma -le dijo, - llévala sobre el corazón las noches de de luna llena, y el pelo no te crecerá.
Y poniéndole una cadena, se la puso alrededor del cuello.
Al momento, el pelo empezó a menguar.
Al día siguiente, los cazadores vieron sorprendidos que el monstruo era en realidad un niño, y avergonzados, le llevaron a su casa.

Las noches de luna llena, Luis sigue escapándose de su casa para pasear por el bosque, eso sí, no olvida la lágrima de planta sobre su corazón.

sábado, 13 de abril de 2013

"El gorrión moteado"sufre una avería

- ¡Vayamos "Al planeta de las gominolas" a comer unos ositos de goma! - le dijo "Saturnino" al "gorrión moteado", su nave espacial.
- ¡Pero "Satur", sabes que las gominolas no le van bien a mis circuitos! -le respondió "El gorrión".
- ¡Venga, no seas aguafiestas!, pon rumbo "Al planeta de las gominolas".
Refunfullando, "El gorrión "se dirigió hacia allí.
"El planeta de las gominolas", estaba rodeado de gominolas de distinto tamaño y sabores, que a modo de asteroides, orbitaban alrededor de él.
"Saturnino", empezó a maniobrar para evitar las gominolas que orbitaban alrededor del planeta, pero una enorme mora roja, chocó contra la cola del "Gorrión", haciéndole dar vueltas sin control.
Una vez en tierra, "Saturnino" comprobó los daños del "Gorrión".
..............Mora, mora, mora, mora...............................repetía el gorrión sin parar.
- ¡Vaya, parece que el ordenador está dañado! - dijo Saturnino. Y fue a consultar el manual de instrucciones.
"Cuando el ordenador repite una palabra una y otra vez, significa que hay que introducir dicha palabra en el sistema operativo.", decía el manual de instrucciones.
Así que "Saturnino" se dirigió "Al planeta de las palabras", con "El gorrión" renqueante.
Una vez allí, "Un hola" enorme de color rosa, acompañado de "Un bienvenido" amarillo, fueron a recibirle.
- Gracias - les dijo -, estoy buscando a la palabra "Mora".
- Sígueme - le dijo la palabra "Camino", y le llevó hasta un lugar donde tumbadas al sol, estaban la palabra "Pera", y la palabra "Manzana"; y muy cerca de ellas, encontraron a la palabra "Mora".
Cogiéndola, "Saturnino"fue hasta "Gorrión", donde las palabras "Adiós", y Salud", le despidieron.
Entonces, introdujo la palabra en el ordenador, pero ¡no sucedió nada!
- ¡Que raro! - pensó "Saturnino", - aunque quizás.............................
Y saliendo del gorrión, fue a buscar otra palabra.
Se dirigió al lugar donde se encontraban las palabras "Caridad", "Compasión",........... y cogió la palabra "Amor".
De nuevo en "El gorrión", introdujo la palabra en el ordenador,¡y éste empezó a funcionar correctamente!.

viernes, 5 de abril de 2013

El cuarto oscuro

Leire, vivía en una casa muy grande. Para ir al cuarto de baño, tenía que pasar por un largo pasillo a cuyos lados, había varias habitaciones, que al anochecer, quedaban en penumbra, iluminadas débilmente por la luz de las farolas de la calle. Pero había una habitación, que daba a un patio interior, y en ella , la oscuridad era absoluta.
A Leire, le daba mucho miedo pasar por delante de aquel "cuarto oscuro", cuando de noche tenía que ir al servicio , porque creía , que allí vivía ¡un monstruo terrorífico!.

Una noche, le entraron ganas de hacer pis. Abrazó fuértemente a "Popi", su osito de peluche favorito, y pasó lo más rápido que pudo por delante del "cuarto oscuro", con tan mala suerte, que tropezó, y "Popi" salió disparado hacia "el cuarto oscuro". Leire, se levantó rápidamente, y se escondió en la cocina.
- ¡Pobre "Popi", habrá caído en las garras del monstruo! - pensó.
- ¡Tengo que salvarle!.
Entonces, cogió una linterna y se acercó sigilosamente a la puerta del "cuarto oscuro".
El interruptor de la luz estaba muy alto, por lo que, muerta de miedo, fue adentrándose léntamente en el cuarto con la linterna en la mano.
- ¡El monstruo! - gritó Leire, al ver 2 grandes ojos al fondo de la habitación, y salió corriendo como alma que lleva el diablo, hacia la puerta. Pero ésta, se cerró de golpe, por una corriente de aire.
Aterrada, Leire se metió debajo de una cama que había a su lado.
- ¡Dios mío!, ¿Qué voy  a hacer?
Entonces, pensó en el pobre "popi", en las garras del monstruo.
- ¡Te salvaré! - dijo, y armándose de valor, salió de debajo de la cama con la linterna en la mano.
- ¡ Suelta a "Popi"! - le gritó, alumbrándole con la linterna.
Entonces, ¡descubrió a un búho!, que subido a una estantería, le miraba con grandes ojos sorprendidos.