Cuentos para contar.

viernes, 31 de julio de 2015

El Pirata Malapata y los espíritus de la naturaleza (1)

Tras varios meses de navegación ininterrumpida, los hombres del capitán Malapata empezaban a mostrar signos de cansancio. El abordaje de varios galeones del rey, había provocado que éste pusiera precio a la cabeza del pirata, y que "El Delfín Volador" fuera el barco más buscado de los 4 mares.
-Capitán - dijo Rodi, el camaleón, lugarteniente de Malapata - tenemos que tomar tierra cuanto antes, los chicos están muy nerviosos.
- ¡Tonterías!, ¡permanecerían en el infierno sin salir durante años, si haría falta!
- Ya, pero Ragout acaba de tirar al bardo por la borda.
- ¡Eso lo hace todos los días!
- Si, pero hoy es la octava vez que lo hace, y no ha sido el único que lo ha hecho..........
- Bueno, quizás tengas razón, desembarcaremos en la primera isla que veamos - dijo a regañadientes.
No tardo el vigía en gritar: ¡Tiera a la vista!, justo cuando Ragout iba a tirar al bardo por novena vez por la borda.
Fondearon El Delfín a cuatro millas de la costa, y cogieron los botes para ir hasta la playa. La isla estaba habitada por indígenas, que les acogieron con gran amabilidad. Por la noche les ofrecieron una fiesta, en la que Malapata y sus hombres comieron y bebieron hasta quedar saciados. Después bailaron a ritmo de los tambores. Malapata , bailaba alrededor de la fogata, a hombros de uno de sus hombres, cuando los tambores dejaron de sonar: El brujo, vestido con una piel de leopardo, se había lebantado, y con los brazos en alto, se dirigía hacia el mar, como en trance. Toda la tribu le siguió hasta la orilla.
- ¿Qué sucede? - le preguntó Malapata a Rodi.
- No lo se, debe de tratarse algún tipo de ritual.
Se produjo un silencio expectante. Entonces, el brujo, con los brazos en alto y los ojos cerrados, empezó a entonar un extraño canto bajo la luna llena, de cara al mar.
- Vamos a ver de que se trata - dijo Malapata yendo hacia allí.
A unos diez metros de donde se encontraba el brujo, se levantó una columna de agua, que en forma de remolino, ascendió hacia el cielo.
- ¡Por las escamas del diablo! - masculló Malapata.
- Debe ser algún tipo de truco - dijo Rodi pensativo.
Entonces, bajo los brazos, y la columna de agua se desmoronó. Luego, sin dejar de cantar, movió ambos brazos hacia la derecha, y una fuerte corriente de aire se levantó en esa dirección, luego, los movió hacia la izquierda, y la dirección de la corriente cambió hacia aquella dirección.
- ¡Es el diablo en persona! - bramó Malapata.
De pronto, bajó los brazos, y subiéndolos otra vez, hizo que dos columnas de arena, una a cada lado, se levantaran hacia el cielo, permaneciendo así hasta que los bajó, y se deshicieron en el aire.
- ¡Impresionante! - Malapata, estaba con la boca abierta.
- Ese agua de coco fermentada que nos han dado.....- reflexionaba Rodi en voz alta.
Volvieron al poblado. Malapata permanecía callado, sumido en profundos pensamientos. Rodi le miró.
- ¿En qué estás pensando Capitán?
- Ese hombre podría ser un magnífico aliado...........
Al día siguiente, cuando quedaban un par de horas para que saliera el sol  y toda la tribu dormía a pierna suelta tras la fiesta, Malapata y sus hombres embarcaban en sus botes rumbo al Delfín, con un invitado, que amordazado, vestía una piel de leopardo.

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